Construida en una parcela en pendiente con una inclinación del 65%, Casa Jaguar es un testimonio de la perfecta integración con el entorno andaluz que la rodea.
Abarcando tres niveles y 500 metros cuadrados de espacio cuidadosamente diseñado, la construcción de la villa implicó la incorporación artística de múltiples volúmenes enclavados en la ladera. Esta disposición única facilita la regulación natural de la temperatura, mejorando la armonía de la villa con el terreno. Los jardines del tejado no sólo proporcionan aislamiento térmico, sino que añaden un toque final a su perfecta integración en el paisaje.
La villa exhibe una estética arquitectónica suave y discreta, caracterizada por volúmenes minimalistas y una paleta de tonos neutros. Se emplean materiales naturales en todo el edificio, lo que realza el juego de luces y sombras y permite la entrada de abundante luz natural en los espacios interiores. El suelo, adornado con microcemento texturizado, añade riqueza táctil al ambiente.
La planta baja de la villa cuenta con una cocina abierta al salón y dos dormitorios con baño privado. En la primera planta se encuentra la lujosa suite principal, complementada con una terraza privada con vistas panorámicas. Las instalaciones de ocio al aire libre, como una piscina y un solárium, adornan dos de las terrazas de la villa, invitando a la relajación en medio del impresionante entorno.
Fiel a su espíritu integrador, el diseño de la villa garantiza que todos los espacios estén abiertos e interconectados. La suite principal, en particular, se funde a la perfección con su entorno natural gracias a unos paneles ingeniosamente ocultos. Al descender al semisótano se descubre un paraíso de bienestar y ocio, con gimnasio, bar, sauna, baño turco y jacuzzi.